Semana homenaje a Marichu Llavona

Se acerca una fecha muy especial. Estamos en vísperas del cumpleaños de Marichu Llavona, artífice y creadora de los auténticos Carajitos del Profesor. Esta empresa familiar no sería nada sin todo su esfuerzo y trabajo. Queremos rendirle un pequeño homenaje, un homenaje a una figura intensa, única…porque pueden copiarnos nuestros productos, nuestros envases, incluso nuestra historia, pero nadie puede imitar o copiar una personalidad como la de Marichu.

Corría el año 1934, Oviedo vivía una revolución que dejaría una catedral y una universidad totalmente arrasadas. Y ese mismo año nacía en Oviedo Teresa Llavona, con el tiempo todos la conocerían como Marichu. El padre de Teresa, Antonio Llavona, tenía un comercio en la calle Doctor Casal, se vendían comestibles e infinidad de artículos, y todo el mundo de Salas que acudía a la capital para trámites burocráticos se dejaba caer por aquel comercio. Cuando Antonio murió, su entierro fue un acontecimiento en la capital, en los medios lo describieron como el comerciante más honrado de Oviedo; cuando muchos se enriquecieron con el estraperlo y especularon a costa de mucha pobreza, él se mantuvo firme en su puesto, fió y ayudó a todo el que pudo, perdonó deudas a familias enteras, es por eso que Marichu siempre se enorgullece de un padre honrado y bueno como pocos.
La pequeña Marichu recuerda ver pasar a la gente desde el balcón que estaba encima de la tienda, eran los ojos de una pequeña observadora que captaban el trasiego de una ciudad en movimiento. Después de la guerra los padres de Marichu decidieron mandarla para Salas, para con sus tíos Falín el Profesor y Carmina, los cuales regentaban un café- restaurante en la villa. Allí creció jugando por el caserón de suelos de madera, de café con piano y señoritas guapas que iban a la hora del café. Correteaba por el desván, por el llagar de sidra, por la inmensa huerta, un verdadero parque con naranjo enorme y zona para servir bodas.
Será en este lugar donde Marichu vivirá aventuras y momentos inolvidables, no solo para su vida sino también para la vida de Salas. Aquel café sería el eje central de la sociedad salense.
Os iremos contando anécdotas e historias que ocurrieron en la Casa del Profesor, el café más divertido y entrañable de toda una época.

Reyes de Aspe